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26.11.02

EL GLOBO



La instalación de internet en la tierra significa un cambio radical, veloz y efectivo en las que venían siendo las estructuras del mundo antes de su aparición. La comunicación por esta vía conecta a millones de personas en todo el mundo. Si fuera posible la teletransportación, le abriríamos un museo al correo postal y nos dedicaríamos a transportarnos sin movernos, con todas sus ventajas y sus consecuencias. Aunque todavía hay mucha gente que por distintas razones (ideológicas o económicas) no utiliza el internet, muchas de las personas que normalmente no escribían, ahora escriben para diversos fines en sus correos electrónicos y en los chats. Niños de primaria y jóvenes de secundaria se conectan diariamente después o antes de la escuela para hablar o escribirse en tiempo real.
Poco queda de muchas de las ideas con las que fuimos educados y crecimos. Incluso nuestros padres, enfrentados a una nueva realidad de matrimonios disfuncionales, lo reconocen. Afortunadamente la armazón se mueve, y así como cambian las formas y los sistemas del mundo, cambia su significado y nuestra conducta. En los discursos se registran estos cambios y el cambio general que estamos viviendo. La manera en que estamos estructurados como sociedad se define en gran medida por la manera en que estamos comunicados. Hoy en día no se pierde contacto con una persona que conocemos y que se ha trasladado a otra parte del mundo. Si tiene correo electrónico, será posible siempre la comunicación, incluso al instante, como hablar por teléfono, pero con otras herramientas y pagando de manera distinta por el servicio.
El internet como medio de comunicación, de comercialización, de promoción, difusión e información, concentra ya casi todas las organizaciones de casi todo el mundo –independientemente de la estructuración de sus páginas, que requiere análisis aparte–, lo cual hace que se vuelva indispensable la inclusión, para un individuo o un grupo que quiera participar y surtir un efecto en la comunidad global, la cual se basa en las relaciones entre países, de todo tipo, económicas, políticas, culturales.
La mayor parte de las personas desconocemos la manera en que esta red fue construida e instalada y los medios a través de los cuales se sostiene y se maneja la información que metemos en ella, los cuales responden principalmente a intereses políticos y económicos. Nosotros simplemente adaptamos nuestra interacción a los nuevos medios, utilizamos los artículos que nos ofrece la tecnología y disfrutamos de la comodidad que nos vende.



El nuevo orden mundial está aquí, sucediendo en este momento. Todos queremos ser parte. Todos queremos estar conectados. El resto del planeta, y hasta de la luna, se vuelve más accesible. El desarrollo de la historia sigue su curso y nuestra mentalidad va cambiando, a través de nuestras relaciones, entre nosotros y con las cosas, con el espacio. Un nuevo mundo de concreto, quizá. A menos que se declaren reservas ecológicas, hoy mismo, todos los territorios que quedan naturales en la tierra. El crecimiento acelerado de las ciudades y las migraciones llevan al individuo a adaptarse al constante cambio de la vida en comunidad.
De esta manera, internet no nos sorprende en lo absoluto, después de toda esa ciencia ficción en el cine y la literatura, nada lo hará. Ya vimos esas grandes urbes oscuras, esas turbinas personales. Después del gran esperado, y finalmente insípido, año nuevo 2000, no nos queda más que disfrutar lo único que tenemos seguro, que es el tiempo que nos queda de estar vivos. Todo es permitido, si eres asesino quizá podrán sacar tu caso en el programa televisivo Forensic science(ciencia forense), pasarías a la historia. Ya nos vimos los intestinos y los sesos, las venas, los genes. Las muertes de los grandes personajes del siglo XX marcan un cambio de generación, dejando abierto el campo de significación e interpretación del mundo a los nuevos jóvenes, lo cual indica claramente que estamos en otro tiempo. Es la nueva generación, lo vemos muy bien en la televisión, en la publicidad, en la moda comercial, la que usamos todos, explotando al máximo la estética del raver.
Aunque todo el conjunto de formas, medios y conocimiento que tenemos hoy en día es resultado del proceso histórico del mundo, el internet es un fenómeno que viene a marcar un punto y aparte en las secuencias de las épocas en que se divide nuestra película como humanidad. ¿imaginas un minuto sin electricidad en el mundo?
Todo es interdisciplinario y diverso, híbrido. La internacionalización agudiza la interacción y el intercambio, definiendo así un distinto campo de acción en todos los aspectos de nuestra vida. Desde nuestra manera de buscar pareja, ahora las posibilidades se abren al mundo entero, el cual parece cada vez más pequeño. Antes era difícil pensarlo, nuestra vida se circunscribía a nuestra región, sólo el afortunado podía viajar. Hoy es posible viajar a través de internet, estar en contacto al instante, ver sus ojos en tiempo presente a través del monitor.
Ahora las fronteras serán lingüísticas, quizá. A nivel de lenguaje verbal también puede comprobarse la transformación. La lengua, que siempre está definiendo, particular y generalmente, todo, se transforma con el mundo y sus medios, formas y conceptos. Al cambiar el mundo, debe cambiar también el discurso, a través de nuevos paradigmas que utilizamos para explicar, nombrar o definir nuestro tiempo, lo que resulta en una significación distinta, es decir, cambia nuestra idea del mundo.
Surge la cultura local, lo distintivo de cada región, definición de identidades, cambia la interpretación de libertad. Sin internet la globalización seguiría en un proceso más lento. El internet es instantáneo, todos los días se manejan millones de transacciones y asuntos diversos a través de él. El primer sueño futurista está aquí, en nuestras casas, en nuestro trabajo, lo necesitamos, ya dependemos de su servicio. Lo digital en todo, cambiará definitivamente nuestra integración y nuestra integridad, mientras que sea así. Quizá la pregunta aquí sería ¿podría ser de otra manera? ¿Estamos solamente ante una posibilidad para este nuestro mundo? Sería pretencioso querer responder a esa pregunta aquí. Puede ser que el internet sea sólo un medio, una herramienta, como lo es para muchos, pero es innegable su fuerte influencia en nuestra mentalidad y nuestra cotidianeidad. Los nuevos bebés se encontrarán desde su llegada con un mundo computarizado, como lo fue para nosotros el automóvil o la televisión, un objeto cotidiano.
La globalización y su consecuente lógica, la hibridación, se ven superaceleradas por internet. Como sostienen muchos investigadores, la globalización no comenzó repentinamente, sino que tiene sus antecedentes desde la historia antigua, con la movilización de pueblos enteros. La instalación de internet viene a trazar una red infinita de lazos que unen a las distintas culturas y naciones, por lo menos en cuanto a medio se refiere. La red imprime a la vida cotidiana la velocidad de la computadora. Abrimos ventana tras ventana, hacemos click fascinados, descubriendo imágenes. Gran parte de nuestra aceptación de internet se debe a su aspecto visual y la imagen digital. El internet, junto con la electronización de las artes, especialmente la música, marcan el ritmo de acción, en todos los niveles, de la sociedad. El cambio de velocidad es casi súbito, si pensamos desde unos cuantos años atrás, cuando la computadora todavía no era un objeto doméstico, hasta hoy día, cuando la computadora ya es una necesidad, el lapso temporal es realmente corto, para la magnitud del efecto, que establece esta vía de comunicación como un fenómeno único en la historia y que afecta directamente las estructuras geográficas políticas, nuestra manera de relacionarnos con el mundo y nuestra identidad, en todos los sentidos, con la implementación, por lo menos a nivel psicológico, de la idea del ciudadano del mundo.


Claudia Algara
Noviembre 2002
claudialgar@hotmail.com

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